Tres situaciones que me producen tensión.
En casa, cuando estoy durmiendo un sábado o un domingo por la mañana, y mi padre me despierta haciendo ruido o levantando bruscamente la persiana.
En esos momento me siento furioso, obviamente no hago nada, ya que respeto muchísimo a mi padre al igual que a mi madre, en mi vida lo son prácticamente todo, me lo han dado todo y me lo siguen dando, así que lo único que puedo hacer es intentar compensarles y darles gracias en todo lo que me es posible. Así pues es una situación en la que aunque me pongo furioso porque me despiertan de malas maneras, nunca reacciono de forma impulsiva sino que me sereno, me doy la vuelta en la cama, me quedo 10 minutos más y me levanto.
En la biblioteca, ya sea de la universidad o en otra cualquiera, cuando hay gente que está haciendo ruido y no te deja concentrarte.
En esos momentos me siento frustrado, frustado y furioso por la mala educación de la que hace gala demasiada gente por desgracia, mi forma de reaccionar es normalmente esperar un poco a ver si es una situación pasajera y si veo que no lo es, por lo general me levanto y salgo para aprovechar a hacer un descanso, cuando alguna vez ha sido ya descarado sí que he tenido que pedir silencio.
En el trabajo, cuando una persona mayor te trata sin demasiado respeto por el echo de ser un sustituto o ser joven.
En esos casos me siento muy furioso, pero como ya me ha pasado varias veces me controlo porque sé cómo actuar. Intento hacerle ver al cliente que lo que me pide es imposible, normalmente enseñándole como el programa informático rechaza su petición, si aun así no le convenzo, busco apoyo en un superior que me respalde para que el cliente se dé cuenta de que no es un fallo mio y que por lo tanto no es porque yo sea joven o primerizo.